sábado, 15 de diciembre de 2012

LOTERÍA


ANTECEDENTES
El origen de los juegos de azar se pierde en la noche de los tiempos. Por ejemplo en la antigua Roma ya se jugaba a una rifa o lotería durante las fiestas saturnales. Durante el Imperio, se celebraban sorteos de entradas para espectáculos y objetos jocosos que en algunas ocasiones tenían verdadero valor. La primera lotería  parecida  a las actuales de que tengo noticia se celebró en los Países Bajos el año 1466 organizada por la viuda de Van Eyck.
En España se introdujo la lotería durante el reinado de Carlos III  (1759-88) a través de su ministro de  Hacienda el Marqués de Esquilache. En 1812, se instauró la Lotería Moderna, la cual, ya estaba funcionando en Nueva España (actual México). Durante la Guerra de la Independencia y también durante la Guerra Civil cada sector explotó su propia lotería.
EL GORDO EN MENORCA
Ciudadela 1935
El año 1935 el primer premio de la lotería de Navidad  tocó en Ciudadela.  Tengo amistad con un nieto de una señora agraciada con el GORDO y me dijo que su abuela, con lo que cobró, pudo comprarse una casita y le sobró algún dinero. También me han contado que uno de los afortunados, encontrándose junto al horno donde trabajaba, con la euforia del momento, se quitó la chaqueta y la lanzó al fuego. Un rato después la alegría se convirtió en disgusto al acordarse que las papeletas con las cuales podía cobrar una cantidad importante las había guardado en unos de los bolsillos de la chaqueta y, por tanto, se habían transformado en cenizas.
Alayor 1944
En Alayor le sonrió la suerte con una serie del número 33.037 al cual correspondió el GORDO. La alegría y entusiasmo de los agraciados eran indescriptibles.  El número afortunado se vendió en el estanco regentado por la señora de don Antonio Quintana. Una de las personas que tuvieron suerte fue una niña de nueve años residente en un predio.  La madre de la chiquilla, mandó a la hermana mayor de ésta, a comprar cuatro pesetas de lotería. En el primer lugar que lo hizo compró dos papeletas de peseta cada una; después fue al estanco para comprar otras  dos, pero solamente les quedaba una en venta  y la adquirió. Al llegar a casa se las repartieron la madre y las dos hijas jugando así una peseta cada una. La del Gordo le tocó a la hermana pequeña, por lo tanto, por una peseta pagada,  cobró siete mil quinientas. Su padre se las invirtió en algo que le producía intereses y que ella cobraba gustosamente. Pasaron los años y  la afortunada continuaba percibiendo los beneficios, pero el negocio se fue a pique y, cuando quiso recuperar la cantidad invertida, no consiguió hacerlo.
Alayor 1946
El año 1946, tres vigésimos del  número 45.590 (el del gordo), llovieron sobre Alayor con sus correspondientes millones. En este pueblo ya se iban acostumbrando al primer premio de Navidad. Las papeletas se repartieron en una fábrica de zapatillas regentada por don Onofre Quintana (no había parentesco entre Quintana del estanco y el de las zapatillas). He oído comentar que en Alayor, cuando tocó la gran suerte por dos veces en tan poco tiempo, una señora, había cobrado tres gordos: el de Ciudadela y los dos de Alayor. En este caso bien se podía afirmar que llovió sobre mojado.
Después de lo expuesto debo confesar que no soy un gran jugador. Si apuesto algo es por compromiso o para ayudar a alguna causa benéfica. Soy de los que opinan que la mejor lotería es la austeridad y el honrado ahorro.

Marcos Seguí Pons


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