sábado, 26 de enero de 2013

EL VALOR DE LA AUTENTICIDAD

“No hay cosa más hermosa que la verdad y solo ella es amable”.
                       Boileau

Decir siempre la verdad es el camino más seguro para llegar a ser auténticos. Enseñarla i exigirla desde los primeros años, motiva, convence y moldea a los niños para ser responsables. Impulsa hacia las acciones nobles; por tanto, hay coherencia entre nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos; en cambio, no somos de fiar, si se percibe doblez, falsedad o fingimiento en nosotros. La acción de ser veraces educa por sí misma. Parafraseando a Guardini recordemos: “Educamos más por lo que somos y hacemos que por lo que decimos”.
La autenticidad es  una virtud tan cotizada como escasa. Para ser auténtico es necesario que el ser humano esté dotado de buenos ideales. Todos necesitamos esta guía en lo más íntimo de nuestro ser. Los valores positivos nos sirven como punto de referencia de nuestra conducta; la cual, nos protege de la esclavitud de los vicios; la moda del momento, la pereza, el qué dirán... Por otra parte, la mayoría de los problemas que aquejan a la humanidad, están motivados por la carencia de este modelo interno.
Es importantísimo que, desde la más tierna infancia, los profesores y, sobre todo, los padres inculquen a los pequeños una buena formación moral i no mandarles cosas que no sean razonables para su edad. Hacerles ver el valor de la palabra dada; como es lógico, procuremos que el proceder auténtico sea rentable para los más jóvenes, es decir, que les dé felicidad. Una vez sentidos y asimilados los benévolos valores, esta pauta interna les llevará a seguir el camino correcto. No serán un títere de los avatares del momento. “Encuéntrate y sé tú mismo” (Dale Carnegie).

No confundamos la autenticidad con la sinceridad y menos con la impulsividad. La persona sincera dice lo que piensa en aquel momento; la impulsiva no suele pasar la criba de lo que manifiesta, si es consecuencia de una pasión o de un arrebato de cólera; sin embargo, la auténtica, lleva el control de sí misma; por consiguiente,  existe una coherencia, entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace.

Marcos Seguí Pons


lunes, 14 de enero de 2013

UN TRETZE DE DOS MIL TRETZE


Tretze, bon jorn m’ha tocat,
dins l’any tretze tot comprès.
Bell nombre, tenc sort, no estrès.
Tot serà complimentat.
Amb goig, ganes, voluntat,
coratge, també honradesa,
fe, decisió, gran fermesa,
per as problemes fer front.
Podem regenerar el món!
Ho dic amb tota certesa!

Marc Seguí Pons